el informático iba a dar una conferencia este jueves sobre cómo vulnerar aparatos médicos. Falleció a los 35 años y no se conocen las causas
Esta semana transcendía la noticia de la muerte del «hacker» Barnaby Jack. Las causas del deceso no han salido a la luz y según ha reportado «The Guardian» nadie
conocerá las razones del fallecimiento hasta dentro de «varios meses».
Oficiales de la policía de San Francisco declaraban a la prensa que el
cuerpo fue en encontrado «por un ser querido» en un piso en el barrio de
Nob Hill (San Francisco, California). La policía respondió a la llamada
sobre un fallecimiento a las 19.41 horas del 25 de julio. Por ahora las autoridades descartan que la muerte haya sido un «juego sucio».
Barnaby Jack solo tenía 35 años y estaba a una semana de demostrar en la conferencia de Black Hat (un gran evento para hackers) cómo manipular de forma inalámbrica marcapasos y otros implantes médicos.
Su técnica para hackear cajeros fue conocida como «Jackpotting»
Sin embargo, el contexto que rodea las dos muertes el
distinto. Swartz se enfrentaba a ser enjuiciado y condenado por delitos
informáticos. Mientras que Jack había colaborado tanto para el gobierno
estadounidense como para empresas privadas en pro de reforzar la
seguridad informática. Claro está que también quería demostrar cómo se podía matar a una persona hackeando su marcapasos.
Jack, originario de Nueva Zelanda,se le conocía por ser el «mejor tipo de hacker», es decir, una «white hat»
(sombrero blanco). La misión de estos «hackers» es identificar
vulnerabilidades en los sistemas, no para causar estragos sino para que
los responsables hicieran un cambio en su seguridad.
En 2008 comenzó a realizar el experimento que lo haría más
conocido. Compró dos cajeros automáticos, de los que se suelen ver en
tiendas o bares. Le costaron 2.000 dólares cada uno,
hizo la compra a través de internet y se los entregaron en su piso en
California. Jack confesó durante una conferencia que el encargado de
entregarle los cajeros le preguntó las razones para tener estos
artefactos en casa. Él respondió que odiaba las comisiones de las
transacciones.
Una vez en su vivienda. Jack empezó a analizar los códigos
de software de los aparatos con la firme creencia de que estas máquinas
tenían vulnerabilidades y que se podrían controlar a través de internet.
Y sí, tenía razón. En 2010 demostró durante una conferencia de Black
Hat cómo podía conectarse con un cajero automático a través de un módem,
sin necesitar contraseñas y retirar todo el efectivo de la máquina. A este proceso se le acuñó como «Jackpotting». Pero
con su sistema no sólo podía vaciar el cajero sino que podría acceder a
la información de las cuentas bancarias y contraseñas de los usuario
que introducían en dicha máquina sus tarjetas de débito y crédito. [Haga clic aquí para ver la presentación]
«Nadie podrá reemplazarlo»
«El podría hackear todo lo que tocara», ha dicho uno de sus compañero. Barnaby Michael Douglas Jack nació en Auckland (nueva Zelanda) el 22 de noviembre de 1977 , hijo de Michael y Sammi Jack y siempre apasionado por la informática.
Comenzó a hacer carrera a los 21 años en Estados Unidos.
Trabajó como ingeniero de investigación en el negocio de software de
seguridad informática, en Network Associates, Foundstone y eEye Digital
Security. En 2006 se trasladó a Juniper Networks, y en junio de 2010 se
unió a IOActive como director de la investigación. En el momento de su muerte era Director de investigación de seguridad integrada.
Desde Black Hat han lamentado su muerte y han señalado que su ponencia no será sustituida. «La charla de Barnaby de este jueves no será sustituida.
Nadie podrá reemplazarlo y tampoco queremos que lo hagan. La comunidad
necesita tiempo para procesar esta pérdida. Se dejará la hora vacante
como un momento para conmemorar su vida y obra», ha dicho la organización en un comunicado.
Por ahora su familia no ha lanzado un comunicado oficial sobre la muerta. La hermana menor de Jack, Amberleigh Jack ha escrito en su cuenta en Twitter que necesitan tiempo para lidiar con la noticia. «Tu hermana pequeña te extraña», escribió. Varios conocidos y amigos han lanzado una campaña de «crowdfunding» para
recabar dinero que los familiares del ingeniero puedan utilizar para
organizar los sepelios, actos y gastos de traslados. 90 personas ya han
colaborado superando los 12.000 dólares.
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